Borja Etchart aprendió un nuevo refrán la semana pasada. Fue justo después de la previa del Valderrama Open de España que se disputó en el Centro Nacional de Golf y donde el jugador vizcaíno consiguió una de las dos plazas en juego. “Nunca te fíes de un golfista enfermo. Era la primera vez que yo lo escuchaba y me contaron que por lo visto se dice mucho en las islas británicas”, asegura. Y es que su clasificación para el Open de España tuvo tintes épicos.
Etchart pasó los dos días anteriores a la previa postrado en la cama de su residencia en Madrid a causa de una inoportuna y virulenta gripe. “Tenía mucha fiebre y nunca había sentido unos escalofríos tan grandes. Eran unas tiritonas brutales”, señala. Ante este panorama, Borja tenía prácticamente decidido que no iba a jugar el torneo, básicamente porque apenas se podía mover.
Sin embargo, la mañana de la previa decidió al menos acudir al Centro Nacional de Golf a ver cómo se iba encontrando, a probarse. “Entre otras cosas fui porque Jordi García del Moral se estaba quedando en mi casa esos días y me había comprometido a llevarlo al campo. Con esa excusa me dije: bueno, vamos para allá y a ver cómo reaccionamos”. Borja se levantó mejor y su cuerpo fue reaccionando bien a medida que avanzó la jornada, aunque no las tenía todas consigo. “Quería arrancar y ver cómo jugaba, aunque antes de empezar habría apostado a que me retiraba en el hoyo 6, pero empecé con opciones de birdie en el 1, 2 y 3 y decidí seguir hacia adelante”.
Etchart fue aguantando, salvando pares, haciendo algún birdie y, sobre todo, luchando contra un día de perros en el que ningún jugador acabó bajo par. El momento más crítico llegó en los hoyos 12 y 13, donde encadenó dos bogeys tras fallar sendos putt cortos. “Ahí ya estaba convencido de que no tenía nada que hacer. Me puse dos sobre el par y pensé que no entraba. Hice un birdie espectacular en el hoyo 16, un rincón del campo donde todo el mundo estaba haciendo bogeys. Me puso con +1, pero seguía pensando que no valía. En el hoyo 18, que se jugó muy duro, con mucho viento en contra, tuve que pegar madera 3 de dos y firmé dos putts desde unos 30 metros… Acabé de los primeros, seguro de que no iba a entrar, pero el día estaba realmente duro y los bogeys fueron cayendo. Quién sabe qué habría pasado si llego a jugar el 16 y el 18 con la presión de saber que necesitaba birdie-par para meterme… Así es este deporte”, explica.
En cualquier caso, con fiebre, Etchart logró meterse en el desempate final por la segunda plaza, donde derrotó a Alfredo García Heredia. El asturiano tuvo toda la mala suerte del mundo en ese hoyo definitivo y se lió de tal manera que Borja se acabó metiendo fácilmente. “Las cosas del golf. Por eso me dijeron lo de nunca te fíes de un golfista enfermo. Está claro que las expectativas son a veces las peores compañeras de un jugador de golf”, afirma.
Etchart, jugador de Neguri que cumplirá 28 años durante la primera jornada del Masters, jugará por primera vez en Valderrama. “He estado allí muchísimas veces. De niño he visto casi todos los Volvo Masters, pero nunca he jugado allí. Estoy hablando con un socio del campo para ver si puedo jugar algún día antes de que llegue el Open de España”. Una historia más de cómo se las gasta este bendito deporte.