Las cosas de las que estoy más orgulloso del BMW Championship

Las cosas de las que estoy más orgulloso del BMW Championship

BLOG DE JON RAHM

Han pasado algo más de 24 horas y todavía se me amontonan en la cabeza sensaciones, ideas, emociones… ¡Qué final de torneo! ¡Qué putt! ¡Pero qué putt!

Cuando lo preparé me centré sobre todo en la fuerza. Obviamente ahí no estás pensando en meterla. Mentiría si dijera eso. Habría estado contento con cualquier cosa que se hubiera quedado a uno o dos metros… Si repasáis las imágenes, después de pegar la bola, voy andando al centro de green, siguiendo con la mirada la bola y hay un momento en el que me paro. Veo que he clavado más o menos la fuerza y me tranquiliza. Sin embargo, al segundo siguiente me freno en seco, me tenso… La bola acaba de empezar la cuesta abajo y de repente veo que tiene opciones de entrar, ojo que puede entrar me digo… ¡Y dentro! De locos.

Estoy orgulloso de muchas cosas en esta semana. Por ejemplo, se seguir creyendo tras el 75 del primer día. En cualquier otro torneo se podría decir que si empiezas con ese resultado estás muerto, pero yo sabía que con ese nivel tan exigente de preparación había opciones. En mi cabeza tenía que igual un resultado de par el domingo podía ser ganador. Eso te hace ver las cosas con otra perspectiva.

También estoy muy orgulloso de cómo reaccioné a la penalidad del 5. Aunque igual no os lo creáis, aún le doy vueltas. Cómo me pudo pasar algo así. Es increíble. Nunca pensé que me podría ocurrir eso en un torneo del PGA Tour, pero bueno también dicen que no hay mal que por bien no venga y que todos los días se aprende algo nuevo. Quién sabe si aquella penalidad no me hizo desear aún con más fuerza ganar el torneo. Si pasó no fue consciente, pero quien sabe si había ahí una fuerza interior empujando…

Me quedo con mi golf el fin de semana. También jugué muy bien el viernes, aunque no se reflejara en el resultado, y el fin de semana anterior en el TPC Boston, pero ese diez bajo par en 36 hoyos, en las condiciones de Olympia Fields es muy, muy especial. La sensación que tuve el domingo al pegar al drive en cada hoyo fue espectacular. Es algo muy próximo a la felicidad en el campo de golf.

De todos modos, si queréis que me quede con algo de todo lo que ha pasado, es con la segunda victoria en el PGA Tour esta temporada. Es algo que tenía marcado en rojo en mi lista de objetivos. Lo había conseguido en el European Tour, pero no en Estados Unidos y tenía muchas, muchas ganas. Una cosa más tachada.

Han sido horas muy buenas, pero todavía quedan otras muchas cosas que tachar de mi lista y hay oportunidades muy bonitas por delante. No es el momento de pararse, sino de seguir empujando. Ahora toca la FedEx Cup. Voy a luchar al máximo para llegar al lunes con alguna opción. Sería muy bonito añadir este gran premio a la Race to Dubai. Hay enormes jugadores que nunca han podido lograrlo y sería un honor. Y, por supuesto, al fondo están el US Open y el Masters de Augusta, otros dos grandes objetivos.

No me quiero despedir sin agradecer a todos el apoyo y la atención. Seguiremos peleando al máximo para dar muchas alegrías. Es una pena que no haya aficionados en los campos, se echan mucho en falta, al menos yo porque me gusta conectar con ellos, pero se siente el aliento aunque sea en la distancia. Y quiero terminar con una mención a Dustin Johnson. Es humilde en la victoria y en la derrota. Un buen ejemplo. Somos buenos amigos y siempre me divierto cuando juego con él. Ojalá podamos ofrecer otra bonita batalla en East Lake esta semana.