Furyk logró contra Jiménez el punto que devuelve la Ryder Cup a los americanos
EE.UU. vuelve a ganar la Ryder Cup nueve años después, con la baja de Tiger Woods y las apuestas en contra. Los americanos suplieron las carencias de su plantel con el trabajo colectivo, el que se había echado en falta en ediciones previas. La jornada de domingo fue igualada y llena de sorpresas. Las estrellas de cada equipo (Mickelson, García y Harrington) perdieron sus encuentros con claridad. Al final, EE.UU. hizo valer los dos puntos de ventaja que traía de los partidos de dobles y cerró el marcador en 16’5 a 11,5, una victoria de ley.
Dos puntos tenía que remontar Europa el domingo. El planteamiento del capitán Nick Faldo fue: Sergio García como baza fuerte para abrir fuego y la artillería para los últimos encuentros, pensando en un final apretado. El guión se torció en la primera línea, con el descalabro de Sergio García, que encajó su peor derrota en Ryder cayendo 5 y 4 ante el novato Anthony Kim.
El castellonense cierra una decepcionante Ryder Cup, a la que acudió avalado por números asombrosos y uno de los mejores momentos de su carrera, y de la que se va con un punto en cuatro partidos. En su descargo hay que puntualizar que una gripe mermó su rendimiento el fin de semana.
Peor aún fue el rendimiento de la otra estrella europea, Padraig Harrington, que llegaba tras ganar dos Grand Slams este verano (British y PGA). Nick Faldo le reservó el domingo para el último partido. Aunque la Ryder estaba ya perdida, el irlandés perdió con Chad Campbell, firmando un pobre balance final de medio punto de cuatro posibles.
Miguel Ángel Jiménez, en una de las mejores temporadas de su trayectoria, pasó por la Ryder con más pena que gloria, con medio punto en 3 partidos, incluída la derrota del domingo en su individual ante un acertado Jim Furyk. Decepcionaron también Lee Westwood, Henrik Stenson y Paul Casey, que acumularon 3’5 puntos de 11 posibles. De las ‘Cenicientas’ Oliver Wilson y Soren Hansen se esperaba poco y al menos contribuyeron a la mejora del sábado.
Soberbia fue la Ryder Cup del debutante inglés Ian Poulter. La prensa irlandesa calificó su elección por Faldo para una de las invitaciones como ‘la mayor locura de un capitán europeo en la historia’. Poulter se justificó en el campo, firmando la mejor estadística del equipo: cuatro puntos en cinco partidos, incluyendo una holgada victoria el domingo sobre Steve Stricker.
El norirlandés Graeme McDowell, que había sumado punto y medio el sábado, derrotó el domingo a todo un Stewart Cink. Justin Rose dio la mayor alegría del domingo para la expedición europea con su brillante victoria sobre la estrella americana Phil Mickelson. Cabe salvar también al sueco Robert Karlsson, el mejor veterano, que se lució el fin de semana.
EEUU tuvo a casi todos sus golfistas por encima de su nivel. El debutante Hunter Mahan fue quizá el mejor del torneo (medio punto el domingo ante Casey). Los dos golfistas locales (Kentucky) rayaron también a gran altura. JB Whisky Holmes hizo valer su extraordinaria pegada en un campo a medida para subir 2’5 puntos de 3 posibles. Kenny Perry, el más veterano de esta Ryder (48 años), rayó a gran altura toda la semana (mención especial al putter) y contribuyó con 2’5 puntos, que incluyeron su victoria del domingo sobre Henrik Stenson.
Mickelson decepcionó con su sonada derrota ante Justin Rose en individuales, pero había liderado el camino en los días previos. Boo Weekley y Chad Campbell jugaron el mejor golf de su vida y veteranos como Furyk, Cink, Stricker y Leonard respondieron con solvencia al reto. Y el capitán Azinger, claro, que consiguió que uno de los peores planteles de EEUU en años sonase como una sinfonía… lo que no consiguió Faldo con Europa. Próximo capítulo, en Gales en 2010.