Cuando miro hacia atrás y pienso en enero me da la sensación de que ha pasado mucho más tiempo. Qué año. Muchos torneos, muchos viajes, muchas cosas… Es normal que en general le gente sólo se fije en la segunda mitad de la temporada, desde que me hice profesional, pero yo no olvido tampoco los seis primeros meses como amateur donde hubo de todo. Tres victorias, el torneo de Conferencia, los Regionales, el Ben Hogan, el Jack Nicklaus, la graduación… La verdad, si tuviera que definir 2016 con una frase, que no sería fácil, creo que me quedaría con esta: “un gran éxito”.
Ahora estoy de relax. Aún sigo en Estados Unidos, pero de descanso, vacaciones. He tenido algunos compromisos comerciales, lo normal en estas fechas, pero en general, a disfrutar del tiempo libre y darle un poco de descanso a la espalda, que hacía falta después de tantos torneos y tantos viajes. Hay que poner a cargar de nuevo las baterías.
Como todos sabéis, lo último que jugué fue la Copa del Mundo. Creo que fue un gran remate a la temporada, muy bonito. Me encantó jugar con Rafa Cabrera Bello. Un placer. Fue una semana muy buena en la que estuvimos mucho más cerca de hacer algo importante de lo que pueda parecer por el resultado. De hecho, sólo ese final de acabar octavos es lo único que empaña una gran semana.
Cada día, a excepción de la primera jornada de foursomes, nos quedamos con la sensación de que podía haber sido un poco mejor. Fue una pena. Yo no pateé al nivel de otras semanas y nos faltó nada, una pizca. Incluso el último día, que empezamos con tres menos en seis hoyos, podría haber sido distinto de haber mantenido ese impulso. Tuvimos corbatas enteras en los hoyos 8, 9, 10, 11 y 12. Sin exagerar. Y ahí ya se puso todo cuesta arriba, difícil, con la ansiedad de querer restar golpes pronto. Acabamos con 66, pero pudieron ser menos. En fin, ojalá que volvamos a tener más oportunidades de jugar este torneo en el futuro y podamos subir algunos escalones más.
La experiencia de jugar con Rafa fue muy buena. Aquí estoy, viendo lo bien que lo está haciendo en Hong Kong. Primer torneo de la temporada, después de un año muy largo, y ahí está otra vez arriba. No me extraña nada. Ha demostrado muchas cosas en los últimos meses. Fue muy bonito verle jugar de cerca, formando equipo. Me encantó. Es un jugador que no hace nada mal. Es fuerte en todo, desde el tee, con los hierros, aprochando, pateando. Todo lo hace además estéticamente tan bonito que podría ser modelo de golf. Yo se lo dije en Australia.
De todos modos, aunque todo lo hace bien, quizá lo que más me llamó la atención es lo calmado que va por el campo, siempre transmite la sensación de ir bajo control y eso me gustó mucho porque en ese aspecto yo soy un poco al revés. Estuvo muy bien. Fue una semana muy bonita.
En estos días os iré contando más cosas sobre esta temporada, los objetivos para 2017, el nuevo material que estoy probando y algún que otro detalle importante que me gustaría aclarar. ¡Un saludo a todos y gracias por el apoyo!